Cotillear no es algo privativo de nuestra especie sino que está extendidísimo en el reino animal. Poner la oreja para enterarse de si ese grupito de competidores de otra especie está cuchicheando donde hay comida o mirar a hurtadillas como se pelean otros machos para ver como cogerles las vueltas cuando haya que enfrentarse a ellos es algo muy común y lo hacen desde los insectos hasta los mamíferos, pasando por los peces, anfibios y aves. Tiene muchas ventajas, porque servirse de lo que otros ya saben y predecir sus intenciones ahorra mucho esfuerzo buscando comida, huyendo de predadores o peleándose con los otros machos, con lo que uno puede dedicar sus energías a vivir tranquilamente y reproducirse con más éxito
El cotilleo no se limita solo a poner la oreja o mirar de reojo, el espionaje está a la orden del día. Es especialmente conspicuo en los pájaros parásitos, ya que les va en ello continuar en este mundo. Estas aves ponen sus huevos en nidos de otras especies que les crían los pollos, por lo que elegir un buen nido donde tengan altas posibilidades de sobrevivir es bastante importante. Así que se dedican a espiar a sus hospedadores para ver cuales son las parejas mas bellas (que suelen ser las de mayor éxito reproductivo), donde están los nidos mas grandes (que son los que tienen mas éxito) o incluso a husmear en los nidos para ver en cuales se están criando mejor los polluelos parásitos, para luego elegir el nido en el que poner los huevos ese año o al año siguiente. La vieja al visillo se queda en pañales al lado de estas pájaras.
Espiar a los demás no es privativo de las aves parásitas, también lo hacen los pájaros que crían a sus propios hijos. Es lo que han investigado Deseada Parejo y colaboradores (aquí) estudiando una población de cernícalos (Falco tinnunculus), unos halconcitos muy comunes en España que viven en espacios abiertos y que anidan en cualquier parte, como repisas rocosas, postes de la luz, nidos abandonados de otras aves o huecos de árboles. Querían saber si los cernícalos se fijan en como les va la crianza a sus congéneres o como de guapas son las madres para escoger sus lugares de cría. Los sitios donde los cernícalos sacan adelante muchos polluelos son buenos para criar al año siguiente y donde las cernícalas son mas saludables (se nota porque tienen el final de la espalda gris) son buenos para criar ese año porque estas escogen siempre los mejores sitios. Así que se dedicaron a quitar y poner huevos aquí y allá y a medir el color del final de la espalda de estas aves. Los observaron después y descubrieron que los cernícalos eran unos cotillas. Se dedicaron a husmear los nidos ajenos y se fueron a anidar al año siguiente donde más huevos habían puesto los investigadores, que no tenía nada que ver con lo bueno o malo que fuese el sitio. También se fijaron en como de buenas mozas eran las hembras que estaban criando y tendieron a ocupar más los lugares con hembras grises que con hembras marrones. A los machos ni los miraron.

A nadie le gusta que le espíen y le controlen, así que los observados se pasan la vida tratando de pasar desapercibidos, lo que no es fácil porque uno tiene que resolver cosas importantes en la vida donde indefectiblemente se le va a ver el plumero. Si uno quiere ligar con la chica mas guapa del baile no le va a quedar mas remedio que vestirse con sus mejores galas y ser un gran bailarín, y eso lo van a ver las chicas y muchos otros, de la misma especie o de otras, que lo usarán para sus propios fines. Así que la solución es tratar de no destacar, como las urracas (Pica pica) donde hay cucos (Cuculus canorus): hacen nidos más pequeños que donde no los hay, porque estos parásitos prefieren los nidos grandes para poner sus huevos. El cotilleo presiona a los observados a ser menos llamativos y hace que los más frívolos, los que más se pavonean o llevan ropajes demasiado exagerados se hagan menos frecuentes.
La naturaleza es un inmenso patio de vecinos donde todos se pasan la vida cotilleando y disimulando porque esto en el fondo evita muchos conflictos y hace la vida más llevadera. Nosotros no nos libramos de este comportamiento, como lo demuestra el enorme éxito de la prensa del corazón, la de sucesos y el sálvame deluxe. Mal que nos pese somos todos unos cotillas.
Rocío Fernández Alés
Expresidente de la AEET
Parejo, D., Silva, N., Danchin, E., Avilés, J.M. 2017. Los cernícalos usan dos tipos distintos de información social intraespecífica cuando eligen sitios de reproducción. Ecosistemas 26(3): 39-47.