POLINIZADORES

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Los medios de comunicación, siempre tan dispuestos a ponernos de los nervios, llevan un tiempo diciendo que hay una crisis de polinizadores y que esto es el apocalipsis. Sin ellos las plantas no se van a reproducir, acabarán por morirse y detrás iremos todos los que dependemos de ellas, es decir, el resto de los organismos terrestres salvo algunos microbios que pueden vivir perfectamente sin los demás. Como ustedes comprenderán esto es una exageración como una catedral y no va pasar. Pero detrás de estos cuentos siempre hay algo de verdad, así que habrá que analizar la magnitud del problema. Antes de entrar en materia es conveniente conocer a nuestros protagonistas, quiénes son y cómo viven, pues no solo polinizan las abejas domésticas, sino también infinidad de especies silvestres entre insectos y vertebrados. Aquí solo hablaré de los primeros, los más numerosos, para no ponerme muy pesada.

Los polinizadores son organismos que transportan polen de una flor a otra. No lo hacen por agradar, sino que van a las flores a comer, esconderse o embadurnarse de perfumes con los que atraer al sexo contrario. Mientras andan forrajeando parte del polen se adhiere a sus cuerpos, viaja a otra flor, alcanza el pistilo de ésta y la fecunda. Aunque a primera vista pudiese parecer que todos estos bichitos son más bien predadores que otra cosa, el caso es que a las plantas les debe compensar que roben una parte con tal de que transporten, pues casi el 90% de las especies de plantas con flores (angiospermas) usa a los animales como polinizadores.

El néctar de las flores lo consumen muchísimos insectos adultos voladores que cuando larvas comían cosas más proteicas (vegetales, animales). Es que volar requiere mucho combustible y el néctar es un jarabe muy energético. Lo hacen todas las mariposas (lepidópteros), que son la friolera de 150.000 especies, junto con muchas moscas (dípteros), avispas (himenópteros) y escarabajos (coleópteros). También lo hacen las hormigas (himenópteros) que, aunque no vuelen, se mueven mucho y son muy golosas. El polen es un alimento rico en proteínas, ideal para crecer deprisa. Pocos adultos lo comen: las moscas de las flores o sírfidos, ciertas avispas y algunos escarabajos. Pero muchas especies se lo dan de comer a las larvas: las avispas de la subfamilia Masarinae (300 especies), y las abejas, una gran familia (Apoidea) de himenópteros con más de 20.000 especies. Hacen nidos donde aprovisionan de polen a las larvas.

¿Cómo de bien polinizan todos estos bichos? Mucho no se sabe, porque son miles de especies que viven en sitios de lo más variopintos y con costumbres de lo más diversas, así que una buena parte está aún por estudiar. En los últimos años se ha avanzado muchísimo y como consecuencia el asunto está en constante revisión. Grupos como escarabajos y hormigas que antes se creían ladrones de néctar y polen ahora se está descubriendo que polinizan, y otros que se tenían por polinizadores natos (como las mariposas) ahora hay quien está empezando a pensar que algunas son más bien robadoras de néctar porque no tocan ni estambres ni pistilos cuando lo sorben con su espiritrompa. Se sabe más de aquellos que polinizan exclusivamente a ciertas plantas que de los generalistas, la mayoría, mucho más difíciles de controlar. Pero el que quede mucho por saber no significa que estemos in albis. Sabemos por ejemplo que una sola familia de himenópteros, las abejas, es responsable de algo así como la mitad de toda la polinización, haciendo el resto de las especies la otra mitad. Ya que parecen ser tan importantes creo que merece la pena conocerlas mejor.

Las abejas son una gran familia de himenópteros (Apoidea) con más de 20.000 especies descritas en todo el mundo y a la que pertenece la que nosotros cultivamos, la abeja de la miel (Apis mellifera). Son los mayores polinizadores en gran parte de los ecosistemas terrestres. Especializadas en comer polen y néctar, están por todas partes salvo en la Antártida, donde no tienen qué comer. De las algo más de 20.000 especies unas 2.000 están en Europa y más de 1.100 en España, uno de los sitios con mayor biodiversidad de abejas silvestres del mundo. Como verán, las abejas domésticas no están solas en la tierra: tienen montones de hermanas y primas que hacen lo mismo que ellas.

Las diferencias entre especies son legión. Si empezamos por el tamaño las hay grandes (35 mm) y pequeñas (5 mm), si seguimos por la alimentación hay desde abejas melindrosas que solo visitan las flores de un género vegetal hasta las que comen de todo. Si continuamos por cómo viven veremos que la mayor parte de las especies son solitarias (75%), una parte nada despreciable (15%) parásitas y las menos (10%) sociales. Si acabamos por donde viven encontraremos que la mitad de las especies excavan sus nidos en el suelo y las demás los hacen bien en acumulaciones de hojarasca, bien en madrigueras y nidos abandonados, o bien en huecos de árboles o de rocas. Las abejas domésticas son las que tienen una estructura social más compleja y son muy eficientes recogiendo comida a la vez que poco exquisitas a la hora de comer.

Como podrán comprobar hay polinizadores para aburrir, están por todas partes y tienen vidas de lo más variadas, por lo que no parece probable que vayan a desaparecer todos de golpe. Aun en el caso de que una hecatombe se llevase por delante a las 20.000 especies de abejas, incluida la doméstica que nosotros cuidamos, aún quedarían infinidad de especies de otros grupos para sustituirlas, aunque fuese más torpemente. Esto no significa que perder especies o individuos polinizadores les vaya a dar igual a las plantas. Si los que desaparecen solo iban a pocas especies vegetales, éstas dejarán de existir, y si iban a muchas disminuirá la fecundidad de todas, quizá hasta niveles alarmantes. Al desaparecer las especies de plantas todos los que con ellas se relacionan (predadores, competidores, mutualistas), se verán afectados, transmitiéndose una ola de cambios por todo el ecosistema de consecuencias imprevisibles. La cosa no es para tomársela a broma.

El mundo de los polinizadores no es algo aburrido que se restrinja a la vida de la abeja doméstica, una especie muy interesante por otra parte, sino un mundo inmenso que abarca a miríadas de especies de toda condición que tienen en común su gusto por las flores, un recurso por otra parte bastante abundante en la naturaleza. Aquí me he limitado a abrirles la puerta a este fascinante mundo, pero si quieren saber más no tienen mas que leer el último número de la revista ECOSISTEMAS, donde dos grupos de investigadores les van a poner al día de lo que se sabe de estos bichitos. Javier Ortíz y colaboradores nos hablan de las abejas y Constanti Stefanescu y colaboradores del resto de polinizadores. No se los pierdan.

Rocio Fernández Alés

Expresidente de la AEET

 

Ortiz-Sánchez, F.J., Aguado Martín, L.O., Ornosa, C. 2018. Diversidad de abejas en España, tendencia de las poblaciones y medidas para su conservación (Hymenoptera, Apoidea, Anthophila). Ecosistemas 27(2): 3-8.

Stefanescu, C., Aguado, L.O., Asís, J.D., Baños-Picón, L., Cerdá, X., Marcos García, M.Á., Micó, E., Ricarte, A., Tormos, J. 2018. Diversidad de insectos polinizadores en la península ibérica. Ecosistemas 27(2): 9-22.

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