Puertas al campo

No se pueden poner puertas al campo, dice el refrán. Cierto. La naturaleza no entiende de barreras; tarde o temprano se las acaba saltando. Algunas son pequeñas, como un arroyo o un claro del bosque, y aunque hay especies incapaces de traspasarlas muchas lo hacen. Otras son enormes, como desiertos infinitos, cordilleras altísimas...